Foro de la Sociedad Española de Killis

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Autor Tema: Viaje de recolecta de Killis a Venezuela. VPS 2007/-  (Leído 11948 veces)

Jorge Sanjuan

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Viaje de recolecta de Killis a Venezuela. VPS 2007/-
« en: Diciembre 01, 2007, 22:50:53 pm »

Venezuela 2007 Simeón Pérez y Jorge Sanjuán   V.P.S. 2007/-

Desde que me dedico a los killis —y más concretamente a los anuales—, desde ese primer momento, uno de los killis que más me ha ha llamado la atención es el Terranatos dolichopterus.

La atención que nos causa se transforma en pasión cuando, tras iniciar las lógicas búsquedas para conseguirlo, nos damos cuenta de que esta especie circula por ámbitos muy restringidos de iniciados. Esto se hizo mucho más notorio alrededor de los años 1982-1985, que es cuando tuve mi mayor "boom" de buscar anuales por los circuitos de las Asociaciones. Esta búsqueda me llevó a hacerme socio de un buen puñado de ellas, con gran éxito para muchas especies, pero escaso para el Terranatos.

También la entonces llamada Pterolebias zonatus era un anual mítico, imposible de conseguir, al que se atribuían las mayores dificultades de mantenimiento y que nunca conseguí.

Todo esto hizo que, desde hace más de 20 años, el sueño de ir a pescar a Venezuela —su tierra natal— fuera un anhelo muy deseado e inalcanzable, por la falta de datos y la información que llegaba acerca de la situación del país. Cuando no se hablaba de golpes de estado, se comentaba la inseguridad política o de orden público, y así un largo etcétera.

Durante este tiempo tuve Terranatos. Primero, conseguidos a través de Jaroslav Kadleck (que en paz descanse)y, más tarde, a través de subasta en la convención de la DKG 92.

Tenía bastantes dudas acerca del mantenimiento de esta especie, debido a la escasez de datos de los puntos de recolección; por lo que la pesca que tenía en mente realizar incluía una buena sarta de toma de datos y de entender el medio en el que se desarrollaban.

A mediados de 2006, chateando con Christian, socio de SEK, éste me comentó que tenía en línea a un venezolano con muchos y raros anuales, y me preguntó si quería unirlo a la conversación. Al momento le di una respuesta afirmativa y, en cuestión de segundos conocí a Simeón Perez, pescador de peces tropicales en Venezuela, quien —al ir pescando especies locales— se había aficionado acuarísticamente a los killis que con frecuencia encontraba. Aquí podéis ver bien hasta qué punto se la juega para pescar nuestros adorados peces.



Muy pocos días después, hacía unas subastas de Gnatolebias hoignei y Gnatolebias zonatus, acompañándolas de unas fotos, cuyo fondo es un salabre verdepropio, que para mí se han convertido en clásicas.



Ya, entre los primeros mensajes, revelé a Simeón mi intención y ganas de ir a pescar a Venezuela; aunque, debido al coste del viaje y a mis limitados medios económicos, me vería obligado a comenzar a ahorrar con bastante antelación.

Por su parte, él me hablaba de la mala suerte que tenía enviando huevos (enseguida me percaté que Simeón estaba sobre una mina de diamantes killífilos pero que le faltaban gran cantidad de conocimientos para que les pudiera sacar un resultado óptimo).

La confianza que se generó entre los dos, llevó a Simeón a ofrecerme todo tipo de apoyo logístico —por ejemplo, alojamiento— durante los días que no estuviésemos directamente recolectando. Y, en lo referente a medio de transporte, usaríamos su propio automóvil. Estos ofrecimientos me abarataron considerablemente el coste del viaje y lo transformaron en una posibilidad muy real, a realizar antes de lo que pensé inicialmente. Tras preguntarle a Simeón cuál era la mejor fecha para pescar anuales, él me dijo que principios de octubre, aunque ese año las lluvias iban muy raras.

Saqué mi lista de viaje de materiales de pesca y, tras una revisión, en pocos días el material estaba completo. Las necesarias revacunaciones y una interminable renovación del pasaporte, con madrugón incorporado para evitar las enormes colas que se montan en las comisarías y oficinas del D.N.I. en Madrid, fueron los trámites más molestos.



Cola para renovar el pasaporte —la comisaría es el edificio del fondo a la derecha—: 4 horas, y me considero afortunado.

Del billete, el 40% se corresponde ya a tasas de seguridad para pagar todos los nuevos escáneres, vigilantes en los aviones, seguridad en aeropuertos, etc.


Viernes 28 Septiembre 2007

La salida por la terminal T4-s fue laboriosa, pero, afortunadamente, entre los "chaquetas rojas" y el prestar mucha atención a las indicaciones llegamos al avión, un Airbús de los gordos: el 340-600 cuatrimotor, en el que el vuelo fue una delicia. Este avión tiene una cámara en la parte alta del timón de cola, que retransmite el despegue a las pantallas del avión, lo cual es muy entretenido; sin embargo, dicha cámara, en cuanto se alza el vuelo, es un rollo.



El vuelo, muy normalito. Aunque llevar un ipod con podcast selectos y muy entretenidos (lo que hago desde el año 2000) marca una gran diferencia. Eso hizo que, entre las películas y todo lo que te dan de comer (¡paella estupenda, oiga!), el tiempo pasara más rápido que ningún otro vuelo que haya hecho. Además, con la música alta de calidad, conseguí aislarme del ruido del avión y de las anécdotas que protagonizan otros viajeros. En definitiva, un vuelo como deseo sean todos. En este caso con Iberia, vuelo sin escalas, 9 horas.

En el lugar de destino, quien te da el primer recibimiento, en la zona de transición del avión al aeropuerto,  es el calor, fuerte y húmedo que, salvo en la zona de inmigración, no te abandonará hasta la vuelta. Luego, el papeleo habitual. Todo muy correcto y diría que "Europeo", en una zona con fuerte aire acondicionado. Declaración de aduanas, normal. Durante la inspección de equipaje me hacen sacar unas ampollas de medicamento. Y una vez ya estaba abriendo algo, me hicieron abrir todo. Supongo que la forma de "bala" fue lo que les hizo mosquearse. Finalmente salgo y ahí estaba Simeón con su familia haciendo gestos para recibirme.



Abrazos, fotos de rigor y rumbo a Tocuito, a casa de Simeon. En el trayecto, aparte del calor y los chubascos fuertes intermitentes, lo que más me sorprende es la enorme densidad del, muy humeante, tráfico rodado. Se conduce de forma terrible para los que estamos acostumbrados a la manera de conducir en Europa, y se adelanta por todos los lados. El intermitente es inexistente —en sentido literal—, raro es el "carro" que los tiene, y el que los tiene no los usa. El cambio a cualquier carril en la autopista es "a volantazo-suicida" y a frenazo por parte del que venga. Los motores están poco puestos a punto y el humo a veces no deja ni ver. Hay frecuentes peajes de autopista o carretera y eso genera largas retenciones. Finalmente, tardamos 4 horas en hacer los 175 Km que separan el aeropuerto de Maiquetía (Simón Bolívar) de casa de Simeón.

Cenamos en un sitio típico al aire libre, donde nos sirvieron un bocadillo similar a un perrito caliente, pero relleno de un picadillo hecho con ingredientes variados. Muy rico.

Ya en casa de Simeón, presentaciónes familiares, y de la habitación que me habían reservado. Un buen rato de charla, hablando de muchas técnicas killífilas, rodeado de las múltiples orquídeas a las que también es aficionado y luego a poner la red mosquitera, con el ventilador apuntandome directamente para poder dormir.

¡Qué decir de Simeon! Que es un ángel, todo un ángel de la guarda con el que me sentí fenomenal cada uno de los días que conviví con él en su país. Gracias a él, lo dífícil lo hizo facilisimo.


Sábado, 29 de septiembre de 2007.

A las 6 de la mañana ya tenía los ojos como platos (no me acostumbro al Jet-lag dichoso ése). Afortunadamente, por la noche baja bastante la temperatura y se puede dormir bastante bien. Me hacen probar las "Arepas" por primera vez. Son una especie de tortitas de masa que hacen a la plancha y que rellenan de las cosas más variopintas. Para desayunar, lo normal es que fueran de queso o jamon de york; pero hoy ha sido de carne picada con salsa.

Tras desayunar salimos a comprar algunas cosas de material que, por su peso, no interesaba llevar desde España. Cambiamos dinero en el mercado negro, y dado los contactos de Simeón todo el dinero obtenido es bueno sin ningún billete falso, de los que tanto abundan. El cambio ha sido a 4.800 bolívares por dólar y 5.800 por euro. Aunque el euro está muy apreciado respecto al dólar, en el mercado negro no lo es tanto, dado que es más la gente que viaja o se relaciona con Estados Unidos.

El fin de semana se decide seguir el ritmo familiar y vamos a una reunión de los acuaristas de Venezuela, cerca de la localidad portuaria de Puerto Cabello, con la intención de ir al dia siguiente a pescar camarones y a la playa. Tuve muchísimas y agradables charlas de todo tipo de acuariofilia con un grupo increíble de aficionados. Finalmente, duermo en el patio con la red mosquitera sostenida por unas sillas. Dormir al exterior, a pesar del calor, con una suave brisa procedente del mar cercano, resulta agradable.


Domingo, 30 de septiembre de 2007.

Tras un desayuno tradicional, lentamente todo el mundo que se ha quedado a dormír va desperezándose. Finalmente. salimos al río a pescar "burritos" que son unos camarones filtradores con patas adaptadas para recolectar partículas alimenticias del agua. En un momento nos separamos del grupo e intentamos reunirnos avanzando por el río, en vez de caminar por fuera como habían hecho los demás. Lo mejor fue que, en un descanso, sentados en el río para refrescarnos en un agua que no estaría a más de 21 ºC, unos grandes cardúmenes de guppys salvajes nos rodearon y, curiosos, se acercaban y picoteaban el vello de las piernas. Fue un momento mágico de los que se recuerdan toda la vida. Finalmente, nos reunimos para comprobar que la pesca del burrito no había dado mucho resultado. Pero el baño y los chapuzones en el río, rodeados de selva, fueron una delicia. Tanto, que se hizo dificil reanudar la marcha.

Tras un corto viaje llegamos a la playa. Maravillosa. Tras el frente de olas y la arena, unas líneas de palmeras y algún kiosko playero de bebidas y algo de comer (especialmente ricas las tostas, rodajas grandes de plátano frito con carne picada y queso fundido); pero el resto del camino, todos los alrededores, selva cerrada. Ni un Bungalow, ninguna torre ni rascacielos. ¡Una delicia! Y, por supuesto, era una playa en pleno mar Caribe, con todas las connotaciones clásicas que conlleva, esperando la aparición de los temidos piratas, que se hicieron esperar.

Con pena, retornamos al anochecer de ese día de descanso. De cena, un sancocho de res en casa de los padres de Simeón; lo había preparado su padre. El sancocho era algo que tenía muchas ganas de comer desde tiempo inmemorial.

.....Continúa en el siguiente post.
« Última modificación: Diciembre 28, 2008, 01:12:27 am por SEKaDOS »
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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #1 en: Diciembre 01, 2007, 22:51:41 pm »

Lunes, 1 de octubre de 2007.

Dia de logística. Quedamos a comer con Iván Mikolji, un incansable aventurero por todas las zonas piscícolas de Venezuela. Este encuentro nos facilitará mucha información, la cual nos ayudará a perfilar el viaje y evitar pérdida de tiempo y gestiones innecesarias.

En su excelente casa, nos muestra numerosos vídeos de especies acuáticas tomadas bajo el agua. El vídeo en el que bucea con una bandada de pirañas mientras les alimenta con la mano y se ve a éstas como devoran a un pobre bagre a centímetros de él, son impresionantes. Podéis verlo en su web, junto con otros más. www.pecesdevenezuela.com

La casa está dentro de una zona acotada con vigilancia armada y paredes con valla electrificada. Estas defensas son muy comunes por todas las zonas "buenas" de las ciudades.

Con respecto a Iván, me voy a entretener un poco contando cuál era su trabajo esos días, pues refleja mucho de la anterior y actual Venezuela.

Pues bien, imaginad un campo de extracción de petróleo en plena selva. Cada bomba, de esas que se ven en las películas, está accionada por un motor eléctrico que obtiene la energía de un motor diesel. Las bombas vierten lo extraído a una serie de grandes depósitos, y de ahí se lo llevan en camiones cisterna. Resulta que a veces, por huelgas, fallos en logística, catástrofes naturales, o cualquier otra cosa, no se llevan el petróleo, y como parar cientos, casi miles, de motores es imposible para el personal de mantenimiento que hay (escaso, pues cuando todo va bien poco hay que hacer), lo que ocurre es que el petróleo desborda los tanques. Como ya conocen el problema, tienen preparada una piscina hecha con bulldozers, donde se va vertiendo petróleo hasta que se soluciona. Lo que ocurre es que, al cabo de más de seis décadas de extracción, hay hectáreas y hectáreas de piscinas de petróleo seco que ha perdido, por evaporación y por infiltración, los componentes más volátiles o permeables. Ahora, con el petróleo a 80 dólares o más, todo ese petróleo al aire libre es rentable procesarlo y venderlo. Ivan se dedica a recoger ese petróleo, tratarlo y ponerlo de nuevo en la cadena de refinado. Como podéis imaginar, ese petroleo, durante décadas, se ha llenado de detritus, materia forestal, animales muertos atrapados, tierra, agua de lluvia, troncos arrastrados por riadas, etc. Ivan califica ese trabajo como "de lo peor del mundo", añorando los momentos de vacaciones que tiene para irse a zonas salvajes y ser felíz por completo.


Martes, 2 de octubre de 2007.

Por fin nos ponemos en marcha, y tras madrugar y las arepas de rigor, salimos hacia el llano en busca de Terranatos. Al principio autopista, pero, según pasamos ciudades cada vez menores, la carretera se hace de un carril y finalmente se reduce bastante. Abandonamos la zona montañosa y sinuosa y llegamos al llano. Grandísimas extensiones totalmente planas, llenas de pasto y de vacas. Recuerda algo a La Pampa, pero más verde.

Vídeo de la aproximación. Duración 1:44

Mi sueño era volver a pescar Terranatos en su "terra típica", por eso nos dirigiamos hacia la zona del Pau, a recorrer la carretera hacia el sur, dirigiéndonos hacia Caño Benito. De camino, ya dejábamos atrás charcas con buenas posibilidades, pero el objetivo lo tenía claro: ¡La terra típica! Las conversaciones que se tienen en el viaje constituyen de los mejores recuerdos que uno se lleva para casa, junto con los peces.

Finalmente llegamos a una zona rodeada de charcas, cerca de un kiosko con bebidas y comidas. Un gran árbol con una rama gruesa horizontal se situaba justo sobre una prometedora masa de agua con mucha vegetación. Simeón me había llevado ahí aposta, pues conocía el sitio. Desde arriba de la gran rama se podía ver el centro de la charca y unos grandes peces con larga cola filamentosa y las aletas caudal y anal anaranjadas.... ¡Gnatolebias hoignei!



La zona superior del agua estaba transparente, pero a pocos centímetros de profundidad ya no se veía nada. La rama empezaba a estar concurrida y, al pisar, sin darnos cuenta, hicimos caer termitas que hicieron saltar a las hoignei para devorarlas. Es curioso, pues a veces las hoignei están nadando rodeadas de larva negra de mosquito a las que no hacen caso; pero basta que les hagamos caer algo de arriba, a veces trocitos de corteza, para que se lancen sobre ella rápidamente.

Estuve tomando vídeo un buen rato, hasta que llegaron unos niños que, tomando lombricitas que Simeón sacaba de la tierra, las ataban a un cordel haciendo un simple nudo y las situaban en la superficie del agua. La hoignei la mordía y no soltaba la presa, por lo que se podían pescar sin anzuelo. No hubo suerte esta vez y, tras aguardar un rato y tomar datos, abandonamos ese punto, no sin antes fotografiarlo y filmarlo bien.



La charca estaba bien situada a la sombra, aunque algún punto brillante de sol impactaba en la superficie del agua. La cantidad de hierba "seca" y hojas muertas que se apreciaba en el fondo de la charca era importante.

Los mismos niños pescadores nos comentaron que al otro lado de la carretera había otra charca más grande con más peces. Cruzamos, sacamos las redes y, saltando algunas vallas de alambre de espino, tras pedir Simeón permiso de paso, entramos a ella. Después de sortear arbustos espinosos que hacían muy incómodo el paso, accedimos al agua. La charca estaba a la sombra de un Samán, una especie arbórea de gran porte y sombra muy compacta.



Tras meter las redes, enseguida saqué mi primer killi: una estupenda hembra de Rachovia maculipinnis.



Muy emocionado, continué la pesca, sacando algún mácho de Rachovia, hasta que saqué un pequeño pez coloradillo. La primera vez que lo vi recordé los Barbus iae que pescábamos en Camerún y Guinea Ecuatorial y que me identificó Geert Huijewoort, pero al echarlo al bote de agua que llevaba... ¡zambomba! era un macho de Terranatos. ¡Y estabamos en la terra típica! ¡Qué momento de realización soñado durante tantos años!



Seguimos pescando y empezaron a aparecer las Gnatolebias hoignei, que lógicamente esperábamos sacar tras haberlas visto tan cerca en la charca del arbol que se comunicaba por esta tras un paso por debajo de la carretera.

Las Rachovias maculipinnis aparecían de dos coloraciones: unas con mácula y otras sin mácula y con una coloración mucho más amarilla.



Sudábamos como pollos, goteando por la barbilla, a pesar de estar a la sombra todo el rato. La charca era grande, de más de 80 metros de largo y como unos 10-20 de ancho. La profundidad, escasa: no más de 40-50 cm. Agua muy enlodada y más tras pasar unos pescadores como nosotros. Suelo duro, como en la mayoría de las ocasiones; se caminaba muy bien. Un pH de 7.3, una temperatura de 23ºC, conductividad: 95 microSiemens, potencial redox: 15 microSiemens, poca planta acuática, mucho material vegetal en el fondo. La localidad es "Caño Benito, El Saman", a unos 2 Kilómetros al sur de Casa Gallera.

Buen momento para comer las empanadas de carne compradas a la salida y regarlas con buen agua mineral o refresco.



Video de pesca en VPS 07/01. Duración 8:13

Tras un buen rato de fotos y vídeos de rigor, continuamos el viaje hacia el sur, tras guardar todos los peces. El paisaje seguía siendo muy verde y la vegetación se echaba encima de la carretera. Constantemente aparecían buenos sitios de pesca. Debe de haber miles y miles de sitios para pescar.

Al llegar a la zona de "Samán-Viejo El barbasco" paramos en una charca bonita atravesada por rodadas de tractor. Salieron unas pocas Rachovia maculipinnis que finalmente dejamos en el agua. VPS 07/02.



Avanzando unos cientos de metros a pie y cruzando un par de pasos de agua por debajo de la carretera, llegamos a una zona muy cubierta y llena de matorral en la que, con gran dificultad y apartando por un lado alambre de espino y por otro hojas espinosas de los matorrales, entramos a un área diáfana pero muy cubierta de vegetación alta que sombreaba la charca; todo menos una zona central de cañaveral. Ahí me explicó Simeón que el año anterior había pescado gran cantidad de Austrofundulus transilis. Sin embargo, esta vez, al igual que ya me ha ocurrido en muchas otras charcas de anuales, en otros viajes de recolecta, no apareció ninguno.



Tras mucho colar agua, conseguimos pescar una pareja de Gnatolebias hoignei y algunas Rachovias maculipinnis, a simple vista iguales en patrón de coloración a las que ya habíamos pescado. Era la población VPS 07/03. Seguimos pescando un buen rato y, tras irnos remetiendo, llegamos a estar rodeados totalmente de matorrales bajos y altos árboles sin ver alrededor en ningún momento tierra firme, ni siquiera a lo lejos. Bonito sitio y con todo el encanto de sentirse "en el fin del mundo". La sombra hace que la temperatura tampoco sea alta, oscilando entre los 23 y 24ºC. Y eso que más allá el sol caía a plomo, con una temperatura digna de uno de estos días de fuerte verano español, no menos de 38-40 ºC. Aquí ya me he descivilizado por completo y pesco a pierna desnuda. Ningún problema en el agua, pero los "Zancudos" —como llaman a los mosquitos locales grandes— están haciendo su agosto, son legión y uno ya se los quita salpicandoles el sudor que se forma con intensidad. Con tanto sudor hasta se refresca uno, acabando cubierto de éste, de agua, lodo y hojas.

Tras guardar los peces pescados, observo que los Terranatos de la primera población están empezando a sufrir, por lo que, de los botes, los paso a bolsas en las que respiran mejor, con mucha más agua. Los Terranatos son muy delicados de pescar, y si al sacarlos del agua aparecen recubiertos de barro, prácticamente son peces muertos. Y, dado que el barro fino es omnipresente en estas charcas, confirma mi teoría de que son desovadores de planta y residuos vegetales, cubriéndose y remezclándose más tarde con el limo.

La vuelta, lenta inicialmente, pues hay que sortear los fuertes socabones.



Luego, en la autopista, cae tal mar de agua del cielo que se detiene el tráfico.

De camino a casa, paramos por la vivienda de Ito, el ayudante de Simeón, tenemos que contar con él para mañana.



Ito es todo un personaje. Me maraviló cómo se quiso quedar algunos peces en el acuarito de su humildísima casita, para su propio disfrute.

Una vez en casa, constatamos la pérdida de un Terranatos. Realizamos cambio de agua a todos los peces y comprobamos que ambos sistemas, de botecitos y bolsas que respiran, son funcionales, prefiriendo los botecitos por la mayor facilidad a la hora de cambiar el agua. También el mayor volumen de las bolsas es cuestión a considerar. Paso entonces todos los peces de bolsas a botecitos.

.....Continúa en el siguiente post.
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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #2 en: Diciembre 01, 2007, 22:52:50 pm »

Miércoles, 3 de octubre de 2007.

Nos levantamos relativamente tarde, debido al gran cansancio del día anterior. El calor agota fuertemente, mucho más que pescando en Uruguay o Camerún. He dormido tan profundamente que no he oído al gallo que todas las noches me impide dormir. Ya soñaba con hacer sancocho de gallo pensando que, por muy duro que estuviese, no sería como el "pollo-plastic" que nos comimos en el viaje a Camerún en el 95, que como dijimos entonces: "debió de volar muy alto".

Por fin, a las 10.04 de la mañana, estamos en ruta y nos dirigimos a recoger a Ito; luego continuamos hacia El Llano. Nos detiene el primer control, después de las decenas de controles que hemos pasado. Intentamos conversar sobre fútbol, pero al militar lo que le interesa es cuánto cuesta un buen casquete en España, con una profesional; pero lo pregunta de tal forma que me quedo descolocado, hasta que Simeón me lo explica (es la forma más basta en que se puede usar para preguntar eso) y puedo salir del apuro. Tras revolver un poco la documentación, continuamos sin mayor problema.

Hace 3 años que Simeón no visita la zona y nos perdemos un poco, el GPS quedó fuera de presupuesto. Al final, localizamos la zona principal de pesca, preguntando a los locales que viven en casas rodeados de charcas llenas de Gnatolebias. Nos metemos por la carretera llamada "La pica 2 de mata el medio" pica = carreterita. Y tras alejarnos de la principal como unos 500 metros, paramos, pues no hay ningún acceso fácil a las charcas, que están tras una muralla de vegetación a ambos lados de la carretera. El punto de entrada sería fácil de localizar, pues enfrente del punto de acceso a la pica hay una puerta ganadera con una cabeza grande de toro y 4 falsas ventanas.

Ito desbroza a machetazos una zona que nos permite entrar a la gran charca. Prácticamente nos hace un puerto fluvial.



Tras un inicio poco productivo, mientras se tantea la estabilidad del fondo, por fin empieza la pesca de Gnatolebias zonatus que no se hacen de esperar.



El Sex ratio es alto, apareciendo dos machos por cada hembra. Tras alejarse, por dentro de la charca, del sitio inicial, se empiezan a pescar mayoría de hembras, en las zonas más soleadas.



Curiosamente, al asustarse tienden a formar cardúmenes —según me comenta Simeón—, buscando protección entre ellas mismas, un comportamiento social no frecuente en anuales.

El suelo es duro, pero hay una gruesa capa de materia orgánica, hojas, madera, etc., que forman un mullido fondo de unos 10-15 cm de grosor. Esto lo tendré en cuenta a la hora de desovarlas.

Al final salen una buena cantidad de zonatus, tantas que hay suficientes para fijar en alcohol.


La más esperada visión.

Video de pesca en VPS 07/04. Duración 7:58

Los datos técnicos que encontramos a superficie de agua son pH: 6.4, temperatura: 27ºC, Conductividad: 81 microSiemens, potencial Redox: 156 microSiemens. La conductividad se midió con electrodo de inoxidable que siempre da una medida de unos 100 microSiemens inferior a la que se mide con electrodo de electrolito.

En el fondo no medimos la temperatura, pero se nota claramente frío en los pies, no creo equivocarme mucho si la temperatura del fondo ronda los 18-20ºC. Fue una pena no confirmar esta apreciación con un termómetro de sonda.

Como se ve en las fotos y vídeos, la charca estaba al sol, y la temperatura es mayor y el potencial redox más alto, fruto de la mayor actividad fotosintética de la vegetación acuática y microflora de algas. Que el pH en superficie sea levemente ácido me hace pensar que el fondo, con gran cantidad de materia en descomposición y levantándose mucha burbuja de ácido cianhídrico, será más ácido.

Una planta muy frecuente dentro de las charcas son las plataneritas, que es una planta igual a la del plátano pero de menor tamaño; las hay en gran abundancia. Al secarse, grandes hojas forman una cubierta vegetal gruesa y extensa. Dado que a las plataneras les gustan los terrenos ácidos pero con una buena parte de contenido arcilloso y de limo, esto nos indica las condiciones de desove y almacenamiento de la turba para estos peces. Confirmando el agua ácida, y eso que había un nivel alto de agua, por lo que la acidez, de momento, estaba bien diluída. También abundan variedades de acacias que se pueden apreciar en las fotos y vídeos.

El tamaño de la charca es enorme, pues discurre a lo largo de toda la carretera. Unos 4-6 metros de ancho y unos 600-700 metros de largo, como poco; pues empezaba en el cruce de la pica con la carretera principal, pero no llegamos al final de ésta. Apreciándola en cuanto abarcaba la vista. Unos niños en bicicleta que volvían del colegio nos indicaron que al final, a unos 4 Km, había una finca.

Simeón me comenta que en los meses de más calor hay una gran humedad ambiental, lo que ayuda a explicar el que los huevos no se deshidraten.

Es muy fácil observar las Gnatolebias en la superficie, siempre a la búsqueda de insectos que caen —ciempiés, garrapatillas, gorgojos, hormigas, termitas—, siendo atraídas fuertemente por lo que hay en superficie. La caída de insectos es muy constante, hasta el punto de que constantemente tenemos que quitarnos de encima bichos sin ala. Al ser calvo me doy cuenta de la cantidad de bichos-alimento que caen en las charcas. Al pescarlas, también sacamos gran cantidad de fauna acuática, escarabajos, cladoceros, notonectas pequeñas y muchas cosas que se me hacen desconocidas.



Tras el palizón de pesca, ¡las empanadas!

Una cosa muy curiosa es que, aunque el calor es agobiante, con frecuencia gruesas nubes ocultan el sol. En el momento que esto ocurre se está muy cómodo de temperatura, los ratos de sombra permiten trabajar a buen ritmo.

Por la noche, vuelta a cambiar el agua a todos los botes. Afortunadamente, Simeón tiene buenos depósitos para su instalación, y el agua es de calidad. Sale del grifo con unos 340 microSiemens de conductividad, lo cual es beneficioso al estar algo tamponada.

De cena, cae un enorme plato de carne mechada, que es tradicional en la zona, con arroz y plátano frito. Hay que buscar algún sitio en España donde poder degustar de nuevo tal delicia.


Jueves, 4 de octubre de 2007.

Gestiones para cambiar dólares en el mercado negro y comprar el billete de vuelta. El tráfico en Valencia hoy es el peor de todos, pero gracias al conocimiento de Simeón, buscando a veces 2 o 3 vías alternativas (pues hasta la habitual falla) conseguimos llegar a tiempo, para mi tranquilidad. Al final, el regreso me sale, al cambio, por unos 250 euros y, billete en mano, decidimos hacer un poco de turismo, lo que nos lleva al acuario-zoo de Valencia, que posee una excelente colección de fauna venezolana, tanto acuática (colossomas -el tetra mayor del mundo, de hasta 1,20 metros de largo y 35 Kg de peso-, pirañas, pez sapo, hachas) como de reptiles, (anacondas), aves, (tucanes, arpías de garras, aguilas moneras, guacamayos), mamíferos, (pumas, ocelotes, onzas, jaguares, tejones, tapires, monos, mapaches). Muy amablemente, la veterinaria del centro me lleva por toda la instalación dándome datos interesantísimos del recinto y sus animales.

También tienen una exhibición de delfines de agua dulce llamados Tollinas. Han conseguido un alumbramiento y el joven nada con la madre, separado del padre. Me indican que si los juntasen, el padre mataría a la cría para que la hembra volviese a entrar en celo.

A la vuelta a casa, otro cambio de agua y, finalmente, una frugal cena de despedida.

Por la noche, no consigo dormir y contemplo cómo sobre la malla mosquitera caminan varios mosquitos grandes, de los que llaman "zancudos"; andan y andan oliendo la presa pero compruebo que no consiguen entrar, la red mosquitera que he llevado en esta ocasión es la mejor que he tenido nunca. Sin embargo, los otros mosquitos habituales, los Ején, que son muy pequeños, como los Jen-jén Africanos, sí logran entrar y hacen su acopio. Afortunadamente, son pocos, pues desde el primer día adopté la estrategia de poner el ventilador dirigido directamente hacia a mí,, lo que no les permite volar bien.


Viernes, 5 de octubre de 2007.

Me despierto muy pronto, nervioso por la posibilidad de que ocurra algo que me impida tomar el avión. Los atascos son muy importantes e impredecibles.

La preparación de los peces:





Desayuno de tarta de queso, despedidas y a la carretera, con 4 horas para hacer 170 Km por la autopista.

Compruebo que mi temor era justificado, pues, de camino, vemos dos accidentes en sentido contrario al nuestro; formaban cada uno un fenomenal atasco, uno de ellos con casi 30 km de coches totalmente parados, con la gente fuera de los vehículos, y el otro, con unos 17 Km de coches totalmente parados, con algunos conductores llevando los todoterrenos por el centro de la mediana. La policía hace el agosto. Me angustia pensar si más adelante seremos nosotros los que estemos en la misma situación.

Para hacer el desplazamiento, dado el calor y que a cada tramo cae un buen chubasco, voy en camiseta, pantalón corto y chanclas, pensando en que me vestiré "de viaje" (más elegante) cuando dejemos el carro en el parking del aeropuerto. El problema es que, en un cruce de coches, a Simeón le fuerzan a tomar el desvío hacia la puerta del aeropuerto. Me bajan con las maletas mientras la policía obliga a Simeón a no detenerse. Y ahí me encuentro yo, en el Aeropuerto de Maiquetía con las maletas, con los peces y todo el equipo, en camiseta, pantalón corto y chanclas. ¡¡Solo me faltaba la cámara de fotos colgando y un cartel de "soy turista tonto y con plata de sobra, róbenme, doy facilidades!!  Y la cuestión es que, como era de esperar, me sacaron el dinero; pero, como después contaré, estoy agradecido.

Nada mas girarme y comprobar que Simeón ha fracasado en su intento de convencer al policía para dejar el coche provisionalmente frente a la entrada del Aeropuerto, me agarra el equipaje un maletero que lo carga en un carrito y sale corriendo hacia el interior del recinto. Sin tiempo para pensar, eché a correr tras él, haciendo ruido con las chanclas mientras blasfemaba entre dientes por la situación tan de "guiri" (=extranjero turista que no sabe de qué van los asuntos) en la que me había metido, en el lugar menos propicio del mundo para tal alarde (bueno, quizá en Mogadiscio fuera peor). Tras la ruidosa carrera, consigo ponerme detrás del maletero que lleva mis maletas y los peces, que pasa un primer control como un rayo, en el segundo le paran pero dice que "todo va bien" e intenta pasar, entonces le retienen. Afortunadamente, sólo lo hacen para cumplir el expediente y hacen como que preguntan sobre las maletas. Continuamos por el aeropuerto a toda carrera, llegamos al control previo al Check-in y ahí está la policía de verdad. Me intentan pasar, pero ahí tenemos un hueso duro de roer. Me abre bien las maletas y se encuentra con la maleta de botecitos vacía y con el material aislante suelto, ¡lo muerde!, se nota que está buscando droga. Pero una maleta vacía mosquea más que una llena y continúa, llega a los botecitos y pregunta. Vacíos, digo. Huele dentro. ¿Que hay? pregunta notando algo. Agua digo (¿quien leches lleva agua en un botecito?) Mira dentro y hay un momento que parece que ve algo (seguro que un pez), pero hace una pausa y lo ignora, me devuelve todo y me deja pasar. La cola de facturación de equipaje es enorme y no se mueve nada, pero el maletero mete mi equipaje al principo de la fila ante mi estupor, y ya me quedo a cuadros cuando el personal de la compañía aérea trinca las maletas, y le pone todos los papelitos identificativos y me pone a dos personas de facturación. Me hago el loco, pues realmente me muero de la verguenza, deseando que nadie diga nada. El hecho de que el personal de tierra me haya cogido las maletas con una sonrisa despista a todos. ¡El compincheo estaba claro!

Una vez facturadas las maletas, me llama el maletero y me pide 50.000 bolívares por los servicios (unos 7 euros al cambio negro). ¡Los más amortizados de todos mis gastos viajeros!  Para él será mucho, pero para mí, con chanclas y a lo loco, es una miseria.

Por fin consigo cambiarme en los aseos y me despido de Simeón, dándole el dinero sobrante y un abrazo de los de romper las costillas.

El vuelo hacía una hora de escala en Lisboa y, como en todas las escalas cortas, las maletas se perdieron; ya me lo había avisado Jose Ramón García. Tras la reclamación, me las entregaron al día siguiente, sin problemas salvo una baja de un Terranatos.

Dado que el sistema de botecitos cambiaba el agua a diario, la adaptación fué a cascoporro, directamente a agua nueva preparada antes de la ida, que ya estaba más que madurada.

Antes de comenzar la desparasitación estaba la adaptación alimenticia. La pulga de agua y la larva roja la aceptaron de inmediato. Salvo los Terranatos, que se conformaron con la Artemia. Ni siguiera la pulga tamizada pequeñita fue de su gusto.

Tras perder una hembra de hoignei por capilarias, decidí entrar a desparasitar a fondo. Jose Antonio Torre me recomendó el Febendazol en el alimento, por lo que antes decidí acostumbrar a los peces a pienso INVE, para poder impregnarlo de fármaco después. Todos los peces salvajes lo aceptaron rápidamente, salvo los Terranatos, que seguían comiendo su artemia. A éstos los traté medicando el agua y, desde entonces, no ha habido pérdidas.

A los Terranatos les apantallé la tapa para evitar luz directa. Sin embargo, todas las gnatolebias se encuentran cómodas con buena luz.

Una pareja de hoignei enfermó de punto blanco, pero algo más debía de haber, pues la hembra desapareció directamente y el macho no superó el primer día de aislamiento.

Tras el primer desove en turba suelta, comprobé había pocos huevos. Cambié —abandonando "la tradición"— a turba fibrosa pero cortada en tramos de 1-1,5 cm., simulando los suelos vegetales que había observado en las charcas, pasando entonces a obtener muy buenos desoves con todas las especies.



Ya estoy rotando los machos con las hembras para obtener biodiversidad y pensando que tengo que volver a pescar con mi hermano Simeón. Si alguien quiere disfrutar pescando a lo grande en Venezuela que cuente con él.
« Última modificación: Diciembre 28, 2008, 01:11:28 am por SEKaDOS »
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Saludos. Jorge Sanjuan

Amer

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #3 en: Diciembre 03, 2007, 21:15:40 pm »

Qué envidia Jorge... Enhorabuena por el viaje y por el material.

Si se entera de esto Chaves la que se lía en la Cumbre...  ;D

Por cierto, a ver si rulan esas Terranatos  8)
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Manuel Jurado

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #4 en: Diciembre 03, 2007, 21:41:52 pm »

Enhorabuena por tan magnífico reportaje, merecedor de una edición especial del BISEK
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Manuel Jurado Fdez-Delgado
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jm

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #5 en: Diciembre 04, 2007, 19:17:48 pm »

Enhorabuena Jorge, por el reportaje y por la aventura, todo un sueño.
Saludos José Manuel.
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mzapater

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #6 en: Diciembre 05, 2007, 10:44:16 am »

Gracias por compartirlo Jorge.

No tanto por ponerme los dientes largos ;)

Un saludo,

Manuel...
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Manuel Zapater - SEK2003/09

Luciano

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #7 en: Diciembre 05, 2007, 11:10:24 am »

Estupendo reportaje y magnifico material el que nos has dado la oportunidad de conocer, gracias por compartirlo con nosotros Jorge.
Enhorabuena por todo el trabajo que has realizado.
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Luciano - SEK2005/18

Ivan Martinez

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #8 en: Diciembre 05, 2007, 12:00:02 pm »


Jorge

Simplemente excelente como todas las tareas que desempeñas, hay que tener buen ojo para observar lo minimo y transformarlo en anecdota.
Lo mejor de todo esto es que pudiste hacer un "hermano" a la distancia.
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Jorge Sanjuan

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Re: Viaje de recolecta de Killia a Venezuela. VPS 07/-
« Respuesta #9 en: Diciembre 07, 2007, 20:22:36 pm »

Gracias por todos los comentarios tan elogiosos. Leo que casi os ha gustado tanto el artículo como a mí el viaje.

Al repasar los vídeos cada vez veo más cosas que pasan desapercibidas en una  primera visión. Cuando tengo alguna dificultad con esos peces cosulto los videos com fuente de inspiración.

Pero no me habéis sacado un defecto fundamental, que espero corregir en los próximos días..... ¡falta un mapa!

Mientras me hago perdonar, os pongo una foto de Rachovia maculipinnis, con mejor detalle que la que se ve en el artículo (aunque creo que es el mismo ejemplar).



Fijaros la forma que adoptan las escamas justo antes de la aleta dorsal. No es hidropesía, son así.
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Saludos. Jorge Sanjuan

Jorge Sanjuan

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Re: Viaje de recolecta de Killis a Venezuela. VPS 2007/-
« Respuesta #10 en: Diciembre 28, 2008, 01:13:19 am »

Añado estas fotos que me ha mandado Simeón.



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Saludos. Jorge Sanjuan